J. Codelia y R. Labrin
Siempre llega la hora. La vida útil del futbolista tiene su fin. El retiro es inevitable. Por eso los hinchas de la U comienzan a tomar palco para ver los últimos meses de Marcelo Salas con la camiseta azul. De seguro los recuerdos se agolparán: nadie duda de que se trata del último ídolo universitario y uno de los causantes de que el club volviera a reír después de dos décadas y media de caídas.
Lo que no todos saben es que la llegada a la institución estudiantil tuvo muchos episodios fortuitos.
Para empezar, el club en el que jugaba, Deportes Temuco, nunca lo anotó en los registros de la Federación de Fútbol, lo que a la postre facilitaría su inscripción en la U. Bastó sólo un cheque por $68.856 a nombre del Santos Fútbol Club -su equipo de origen- para sellar la transacción.
En el verano de 1990, Temuco jugó un amistoso con Colo Colo en...