Por Muriel Alarcón luco. Fotografías Sergio López i. y José Alvujar. Un día de 2014, Paola Velásquez iba caminando por el Barrio Matta y supo que quería vivir ahí, en una casa de madera y adobe. La arquitecta, máster y doctorada en urbanismo de la Universidad de París, dedicada a remodelar construcciones antiguas, tenía varias razones para hacerlo: se ajustaba a su presupuesto, era buena su localización y conectividad -un valor, para ella, escaso hoy, en las grandes ciudades-, el barrio tenía la diversidad propia de un sector de oficios -en medio de imprentas, talleres de tornerías, salas de ensayo, luthiers y garages- y, sobre todo, dice, estaba en proceso de cambio. Sus vecinos, organizados en el movimiento ciudadano "Comité Matta Sur", llevaban años luchando por conseguir que se lo protegiera por ley. Esto ocurrió hace un año. Hoy, Barrio Matta es "zona típica",...