Hacía años que Ángela Vargas no tenía un mes de febrero tan productivo. Sus tortas, queques y kuchenes se vendieron como pan caliente. La diferencia la puso el microcrédito que recibió de BanIgualdad, que le permitió tener materiales y responder, así, a las demandas de sus clientes.
"Empecé bien el año", comenta Ángela, a quien los tres microcréditos que ha recibido le han permitido agrandar su negocio y los ingresos familiares.
Éste es uno de los impactos de los microcréditos que fueron analizados ayer en el seminario "Las microfinanzas como instrumento para la superación de la pobreza", organizado por la Dirección de Asuntos Públicos de la U. Católica.
Los beneficios directos son una reducción de la pobreza de los clientes y también de quienes no lo son, "que se ven favorecidos con un aumento de la actividad económica local", explica Jimena López de Lérida,...