Por Isabel Plant Por fuera, bicicletas que se mueven sin parar. Por dentro, una especie de invernadero, chales tejidos para el frío, juguetes en cada rincón, botas antiguas de donde emergen cáctus y en cada esquina, flores o pequeñas huertas interiores de almácigo, de lechuga, de menta. Más bicicletas cuyas ruedas dan vuelta en la pared y, al centro, una lámpara que en vez de lágrimas tiene vidrios de colores, luces de autos recicladas. En el salón, sillones, una barra, cortinas de terciopelo rojo. Afuera, más plantas, cachivaches, juegos.Es de esos lugares que parecen sacados de lo que imaginamos cuando éramos niños: improbable, juguetón, precioso. Es el nuevo restaurante del artista británico Tony Hornecker, quien ya había "puesto en escena" otros dos restaurantes en el país, en El Arrayán y en Valparaíso, con su proyecto "pop up" -lugares que aparecen y...