Nicolás Luco El barco alemán de investigación científica "Sonne" (Sol) es uno de los mejores del mundo, dice el profesor doctor Ernst R. Flueh, a bordo, en Valparaíso. Arrendarlo le cuesta al proyecto de investigación 35 mil euros diarios, unos $21 millones al día. Ahora regresa de alta mar, desde frente a las costas del Maule.Allí recuperaron sismógrafos de profundidad, que llegan hasta los 8 mil metros. Los habían dejado caer en septiembre para medir réplicas del terremoto antes de que disminuyan. Bajan por su peso, atados a una pesada placa de metal que los lleva al fondo. El sismógrafo y todo el instrumental deben soportar la inmensa presión a grandes profundidades. Llevan un computador que almacena los datos de los temblores del lugar. No deben perderse.Los científicos activaron a través de una señal acústica el mecanismo de ascensión: una secuencia que, después...