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Texto: M. Soledad Holley
Retrato: Carla Pinilla
Sentados en el lobby del hotel Sheraton, Héctor Andrade y su mujer, Marta Tasso, parecen dos perfectos citadinos acostumbrados a todo tipo de comodidades. Cuesta imaginárselos calados hasta los huesos recogiendo las velas del yate con el que recorrieron el Caribe y el Atlántico, soldando el casco de su embarcación o viviendo apretados en una estrecha cabina con una guagua de meses y un perro amarrados a un muelle en Palma de Mallorca.
Lo cierto es que ése fue el estilo de vida que llevó esta pareja - él chileno, ella argentina- durante más de tres años, y que sólo abandonaron por un tiempo debido al temor de que sus hijos cayeran al agua en cualquier momento de la travesía.
La historia comienza así: Héctor navegó durante varios años por el Pacífico - con largas estadías en islas paradisíacas y desapariciones producto...