MARIO GÁLVEZ Ocurría en la España de los años 50. El orfanato Instituto Provincial de Puericultura, Inclusa y Colegio de la Paz, de la calle O'Donnell 50 de Madrid, tenía una característica: en una de sus habitaciones existía un "torno", una bandeja giratoria empotrada en la pared, en la que cabía un recién nacido. Nadie sabía quién colocaba al bebé en el aparato. Sólo lo volteaban y éste aparecía en otra sala interna.Allí lo tomaban, lo pesaban, lo medían. Lo inscribían con un nombre supuesto y le colgaban una medalla con un número. Nadie preguntaba por los padres. Y se convertía legalmente en "un niño expósito". Es decir, lo declaraban abandonado y "confiado a un establecimiento benéfico". Eso pasaba en Madrid. También en otras provincias de España.Sus adopciones -según varios reportajes de la prensa española- se convirtieron en un negocio de millones de...