Por Sergio Caro Que no se note pobreza: lentejuelas, oro, diamantes, estolas de piel, sombreros de ala ancha y hasta turbantes. Y todo junto. Así era el estilo que se volvió ícono de la década de los 80, cuando como nunca antes una serie de televisión impuso las tendencias de moda. En Dinastía no se aplicaba lo que hoy predican los programas de chismes de vestuario, que "menos es más", ya que como era característico de este decenio de excesos, no había límites para el lujo. Durante tres décadas, el estilo del que la británica Joan Collins fue la máxima musa se mantuvo vivo en los cada vez más alicaídos concursos de belleza. Pero en el último tiempo, diseñadores contemporáneos como Tom Ford y Stella McCartney han hecho guiños a esta época estructurando la silueta femenina con grandes hombreras y brillos en blazers. A ello se suma el estreno de la nueva versión...