Arnaldo Guerra Martínez Luis Ignacio Urrutia Rivas pertenece a una familia que se contagió con el virus del rodeo hace 10 años y no encuentra cura.Pese a que tenían campo cerca de Chillán, no fue hasta 2001 que un amigo llamado Cristóbal Cuadra entusiasmó a su papá, José Antonio Urrutia, a competir en el rodeo.Urrutia, un reconocido abogado, aceptó el desafío y se incorporó al deporte corralero y a la crianza de caballos chilenos. Rápidamente hizo carrera y unos años después, junto a Luis Eduardo Cortés, ya tenía dos terceros lugares en el campeonato nacional, con Batuco e Ignorante.Por eso es que a sus hijos también les picó el bichito. El mayor, José Antonio, hoy en China haciendo un intercambio, compitió en el rodeo oficial; lo mismo que Juan Enrique, quien ha estado en el escolar y este año logró clasificar a Rancagua. Y Gabriela, otra hermana, quien...