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"Cristo+Glorioso"

Ezzati envía mensaje de Pascua: "El amor es más fuerte, más fuerte que la muerte, que la corrupción y el odio"

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16/04/17 EMOL - Nacional

SANTIAGO.- En su tradicional saludo de Pascua de Resurrección, el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, recalcó que "el amor es más fuerte, más fuerte que la muerte, que la corrupción y el odio"."Pascua es el acontecimiento que anuncia que la luz puede vencer la oscuridad de las largas noches de dolor y que encamina la aventura humana hacia las nuevas metas de un futuro mejor. Es la fiesta de la esperanza, de la esperanza verdadera, de la que no engaña, la que sola puede disipar las tinieblas del corazón, muchas veces agobiado por el dolor, el miedo, el odio homicida o el sinsentido de la existencia", indicó la autoridad de la Iglesia Católica chilena.Noticia relacionadaArzobispado suma nueva demanda: Víctima acusa haber sido violado por sacerdote que murió de SidaAsimismo, reflexionó sobre el escenario que vive el mundo actual: "¿No será este el vacío que el...

La cruz en el arte chileno

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La cruz en el arte chileno Maureen Lennon Zaninovic El símbolo que resume la esencia del cristianismo es la cruz. El madero es escenario del suceso más trascendental en la historia del hombre: la salvación. La cruz no es símbolo de muerte, sino de vida, y vida en abundancia, pues es vida eterna.Pero más allá del profundo significado que tiene para el mundo cristiano el calvario de Jesús, el arte también ha tomado al madero como un símbolo que abre al espectador y a los propios creadores estimulantes interpretaciones y resoluciones plásticas. Así lo demuestran siete reconocidos artistas chilenos, creyentes y agnósticos, que han tomado el signo de la cruz como un ícono fundamental, cuestionador y revelador."El cristianismo validó y reivindicó la representación del sufrimiento; prueba de ello es que abundan las escenas de la Pasión de Cristo. Más aún, dentro de estos ciclos narrativos, la...

Las Monjitas del Desierto

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Por Mauricio Silva Trabajan como verdaderas hormigas. Todo el día. No hay descanso para ellas. Como si estuvieran en la vorágine de la más poblada capital del mundo. Y, sin embargo, viven y laboran en pleno desierto, en el altiplano chileno, a muy pocos kilómetros de la frontera con Bolivia, donde el sol pica de día y el frío muerde de noche. Son tres simpáticas y afables monjitas que han dedicado ahora sus vidas a predicar en el desierto. Sí, señor, literalmente es así. Sus potenciales fieles no son más que doscientos humildes aimaras que viven en la pequeñísima localidad de Cariquima, distante unos 200 km al este de Iquique y a más de 4 mil metros de altitud. ¿Qué les puede atraer a tres monjas desarrollar su misión en este inhóspito desierto, donde casi nadie peca y las almas de su gente son más puras que el agua? Primero, el notable avance de la fe...
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