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POR CHERIE ZALAQUETT
"El Señor es el único que da y quita la vida, castiga a los culpables y premia a los buenos", decía el emotivo in memoriam publicado en El Mercurio el 21 de febrero pasado con que los padres de Julio César Facuse Ananías conmemoraron el décimo aniversario de su trágica muerte.
La noche del 21 de febrero de 1996, Julio murió a causa de cuatro disparos. Estaba en la cocina de la casa de su suegro, Jorge Yarur Yada, en Camino del Alba esquina Padre Hurtado. Ambos estaban solos cuando ocurrieron los hechos. Luego de los disparos, Yarur llamó a Carabineros, confesando que había matado a su yerno.
Julio estaba vestido entero de blanco. En su cuello llevaba una gargantilla de oro con una inscripción en árabe.
Nunca antes una tragedia de esta magnitud había causado tal conmoción en la colectividad árabe chilena. Fuera de la colonia, el impacto se...