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Eugenia Pirzio-Biroli Marini
Apurada por entregar uno de los habituales bultos con ropa y remedios, tropezó un día de mayo, hace ya ocho años, en la pintoresca casa de su querido Puerto Cisnes. Gracias al tesón que heredó de su padre y mentor, el general Alessandro Pirzio-Biroli. Se estaba recuperando bien de la operación a la cadera. Una fuerte emoción ligada al proyecto Patagonia 2000, un nuevo sueño que impulsaba para su patria chica, le originó, sin embargo, un infarto cerebral y la dejó postrada hasta el pasado 22 de febrero. Después de la partida de su primogénito, Alejandro, ya acogida en el asilo de la Obra Don Guanella (la misma que primero le llevó a cuidar los niños abandonados de Estación Colina y luego a poblar por 35 años esa hermosa bahía aysenina), oscilaba entre una porfiada rebeldía contra el progresivo anquilosamiento y el clamor por la pronta...