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Dr. Alberto Costa Costa
Al cumplirse hoy el centenario del nacimiento de mi padre, le rindo emocionado homenaje a la que fue su señera y ejemplar vida, la que se extendió por fantásticos noventa y cinco años.
Una rica y dilatada existencia, en la que primó la concreción de los más altos ideales comprometidos, tanto al momento de unirse al ser amado ante el altar, creando una familia unida, plena de valores, principios y tradiciones, para disfrutarla por muchos años; como así también aquellos que son propios del que jura seguir cabalmente los elevados preceptos de Hipócrates, aliviando el dolor de los que sufren, sin considerar su condición social o su capacidad económica.
A Dios agradecemos el maravilloso regalo, de haber podido gozar su querida presencia por más de medio siglo, la que nos significó múltiples beneficios y realizaciones, gracias a su innata generosidad,...