Margherita Cordano De los 26 alumnos del 1° básico de María Manríquez, profesora en un colegio en el sector oriente de Santiago, cuatro necesitaron reforzamiento escolar durante el año. "Se fueron quedando atrás en comparación con el resto del curso, se angustiaban y no podían cumplir con los objetivos propuestos en matemáticas o lenguaje", explica.Por lo mismo, a fines de año, los papás de estos niños recibieron una serie de sugerencias para continuar con su apoyo durante estas vacaciones. Más que ejercicios a resolver, lo que se aconsejó fueron actividades en familia que entusiasmaran al niño en su aprendizaje. "Hay montones de juegos que se pueden hacer con el fin de ayudarlos, desde mandarlos a comprar un helado y pedirles que revisen el vuelto, hasta jugar con ellos al colgado", dice Manríquez.Los expertos coinciden. Detener el tratamiento profesional por un tiempo...