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MARIELA HERRERA MUZIO. Desde Los Molles, V Región
¡Viene, viene!, gritó un poblador desde el cerro que se ubica al sur de la villa Huaquén. Su labor era ésa. Avisar del desborde del estero Los Molles, hasta ese día inofensivo. Los otros hombres encargados de alertar a la población se dividieron las funciones: dos juntaron a la gente de la villa en la sede social, otro corrió hasta la caleta Los Molles para avisar que se venía el aluvión, y un tercero partió en camioneta hacia abajo, antes que lo alcanzara el alud, agarrando a quien encontrara en su camino para llevarlo con los demás que estaban ya guarecidos. La desgracia venía cerro abajo.
Los minutos de horror
El lunes por la mañana, en Los Molles y en la villa (ubicada más al interior, pasada la Panamericana), la gente estaba relativamente tranquila soportando las inclemencias del temporal. Como don José,...