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"reparadoras+de+calzado"
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POR Pepa Valenzuela, DESDE ESTADOS UNIDOS. Una chica con pantalones negros, botas espumosas y polera de Iron Maiden abre la puerta. No lleva maquillaje, sonríe, invita a pasar a su departamento. Es un edificio de preguerra, de cuatro pisos; los suelos de maderas crujen bajo los pies. Ilaria muestra la habitación que quiere arrendar desde el 1 de diciembre: tiene dos ventanas grandes y es tan amplia que cabe una cama grande, escritorio y cómoda, un lujo asiático en Nueva York, donde la mayoría de las habitaciones solo permite cama y -con suerte- velador. Ilaria es italiana y vive hace más de siete años en esta ciudad: llegó a estudiar un postgrado y se quedó trabajando en una galería de arte. "Viví unos años en el SoHo en Manhattan y después estuve en Brooklyn. Pero nada es como Astoria. Me encanta vivir aquí. Es familiar, la gente es auténtica, no es ruidoso o...
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infografía: Natalia Herrera G. Hay dos casos emblemáticos para ilustrar los cambios que ha vivido la calle Nueva York en las últimas décadas: las florerías y las reparadoras de calzado. Hace 20 años, era fácil encontrar algún local que prestara cualquiera de estos servicios. Hoy, las reparadoras simplemente ya no existen y solo queda un sobreviviente de las florerías: el Jardín Souvenir, presente en el sector desde los años 60."Distintas empresas y la Bolsa de Comercio fueron comprando los locales, pero nosotros quisimos quedarnos acá", cuenta Raúl Donoso, uno de los socios de la tienda.Más allá de esos cambios, no es mucho lo que ha variado la placa comercial en los últimos años. Las sucursales de los bancos se mezclan con restaurantes, además de locales emblemáticos como los Timbres Garetto y el bar Unión.Sin embargo, varios apuestan a un verdadero giro en la...
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SEBASTIÁN CERDA Q.
En tiempos en que el comercio y las grandes firmas se expanden sin límites, los locales y servicios de tradición tienden a ser lugares cada vez más infrecuentes: las pequeñas lavanderías sucumben ante las cadenas de lavasecos, los almacenes ante los supermercados, las boutiques ante las multitiendas, y una larga lista en que cada antiguo negocio tiene hoy su versión "macro".
En este escenario han logrado mantenerse firmes las reparadoras de calzado, sin "megareparadoras" que les levanten la clientela, aunque amenazadas por otra tendencia actual: la cultura de lo desechable, que enfrenta casi en igualdad de condiciones las posibilidades de arreglar el calzado o comprar un par nuevo.
Así lo explica Alberto Arrochas, de la Reparadora Merced (Merced 348, Santiago): "Hay clientes que antes venían regularmente a arreglar buenos zapatos, y que hoy, en cambio,...
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Por Enrique Lafourcade
Progresamos. Hoy, todo el mundo anda con zapatos de muchos colores y diseños. Los pati-pelados en retirada. Vuelvo a recordar a un exquisito italiano, Giovanni Nucoletti, quien, como otros coleccionan autos o cuadros, llegó a formar una poderosa colección de zapatos que dejó sin habla al Príncipe de Gally (el de la Wally). Todos para su uso personal. Nucoletti escribió una oda a estas prendas:
"Zapato, ¡con cuántos hombres habrás ido peregrinando por el mundo, humilde, pedestre compañero del hombre en su inagotable camino sublimar!". Y nos planta una enumeración notable: "Zueco, chanclo, sandalia, babucha, chancleta, bota, botín, chapín, alpargata, bailarina, madreña, mocasín, pantufla, zapatilla, escarpín, zapatín, zapatón, polaina, borceguí, chinela. Y tú también 'mula', zapatilla sagrada del Papa". Se olvidó de nuestra ojota,...
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El hospital del Salvador, ubicado en el N364 de la avenida homónima, es uno de los centros de salud más importantes y antiguos de Santiago. Durante 1999 el establecimiento recibió 233 mil consultas en las diversas especialidades y 17 mil en la posta de urgencia, en tanto que se realizaron 17.355 intervenciones quirúrgicas.
Una comisión que presidía el intendente de Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna, encargó la edificación del sanatorio al arquitecto Carlos Barroilhet en 1873, en un terreno que perteneció a la Orden Mercedaria. Pero por falta de fondos sólo se colocaron los cimientos. En 1888 prosiguieron las obras.
De la estructura del inmueble se destacan la capilla de planta de cruz latina, las salas con techos altísimos y los amplios corredores con columnas talladas en granito de una sola pieza.
Las autoridades actuales del recinto están conscientes de que una...
Citados:
Alejandro Fuentes
,
Benjamín Vicuña Mackenna
,
Carlos Barroilhet
,
Enrique Laval
,
José Arrieta
,
José Manuel
,
Juan Pablo Izquierdo
,
Manuel Montt
,
Manuel Rodríguez
,
Patricio Gayán
,
Pedro De Valdivia
,
Pérez De Espinoza
,
Ramón Carnicer
,
Sala Arte
,
Santos Angeles Custodios
,
Teodoro Burchard
,
Tito Fernández
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Gabriel Pardo
Se quita sus albísimas zapatillas, su pantalón explorador, su polera gris y sus gafas negras. Como cualquier otro turista alemán, Hans, de 50 años, luce sin complejos su prominente barriga y su poco asoleada figura para adentrar sus dos metros de europea humanidad en el lago Llanquihue. Llegó a Frutillar desde Berlín y ahora, metido hasta el cuello en las calmas aguas del lago más grande de Chile, contempla arrobado las cumbres del volcán Osorno, del volcán Puntiagudo y del cerro Tronador que se yerguen frente a la ciudad.
Como si se anticiparan las semanas musicales que año a año se realizan en la ciudad suena un violín. Hans, solazado, exclama "¡oh, Vivaldi, Vivaldi!". Es el movimiento "Verano", de "Las Cuatro Estaciones". El responsable de las notas es un niño de 14 años que toca en la costanera y que recibe impávido las monedas de los turistas, como...
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Texto, Lisette Ávila O. / Fotografías, Homero Monsalves
"El Fin del Mundo" aún conserva las características de los barrios de la década de los cuarenta. Esos donde el almacén de la esquina era el punto neurálgico para una "buena copucha" o para enterarse de las actividades que organizan los vecinos del sector.
Este espacio citadino, conformado por las avenidas El Aguilucho y Echeñique, era hace más de cincuenta años el límite entre el Santiago urbanizado y el rural. En ese entonces, las góndolas Nuñoa-Vivaceta terminaban su recorrido en la Avenida Chile-España:
- El último punto poblado era el almacén "El Fin del Mundo", donde estacionaban los vehículos de la época. Por eso, la zona tiene ese nombre- , cuenta Fernando Angulo Baquero, antiguo vecino.
Recuerda que la calle El Aguilucho se llamaba El Carmen y que ahí se instaló la primera iglesia del lugar, la...