TEXTO Y PRODUCCIÓN, BEATRIZ MONTERO WARD. FOTOGRAFÍAS, VIVIANA MORALES
Portarrelojes
Durante el siglo XIX el reloj de bolsillo se impuso con fuerza como un objeto personal imprescindible, pero también muy de moda. Hombres y mujeres lo llevaban consigo no sólo para ver la hora sino también para exhibirlo como una joya más. Importantes relojeros, como Ulysse Nardin, Minerva y Heuer, establecieron en esa época sus negocios y se dedicaron a crear máquinas de excelente calidad con cajas de alto valor artístico. Éstas, en manos de ellos o de orfebres calificados, eran fabricadas en metales nobles y decoradas con las técnicas del grabado y repujado, así como con esmaltes e incrustaciones de piedras preciosas y semipreciosas.
Ya en el siglo XVIII se habían desarrollado una serie de pedestales con usos específicos, entre ellos el atril alto para libros y partituras, y algunas...