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"Tito+Schippa"

Noventa años de música romántica en Chile: voces y canciones inolvidables

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12/02/12 - El Mercurio (Chile)

Noventa años de música romántica en Chile: voces y canciones inolvidables IÑIGO DÍAZ "El bolero hay que decirlo... Para decirlo, tiene que ser más o menos lentito", afirmaba el astro Humberto Lozán, bolerista y voz de la Orquesta Huambaly. Él es uno de los exponentes de la refinada propuesta melódica que aparecieron en Chile a partir de los años 40: primero a través de la tríada formada por Mario Arancibia, Arturo Gatica y Raúl Videla, y luego con estrellas de alcance internacional, como Antonio Prieto, Lucho Gatica, y Sonia y Myriam.El bolero, surgido en Cuba, pasó en la década de 1940 a ser una bandera de la canción romántica latinoamericana, abrazada en Chile por intérpretes, autores y consumidores, y considerada también como una suerte de contraoferta a la canción norteamericana con etiqueta tipo Bing Crosby. Gozó de un amplio dominio en las preferencias populares por tres décadas, hasta que la balada se empezó a instalar a fines de...

Libro desentraña la historia oculta de la orquesta en Chile

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21/10/12 - El Mercurio (Chile)

Romina de la Sotta Donoso Había sido estrenada cinco años antes, en Viena. Y en 1819, un grupo de aficionados chilenos se atrevieron a tocar la Octava Sinfonía de Beethoven en la Plaza de Armas de Santiago. Los dirigió Carlos Drewecke, comerciante danés que llegó a Chile sólo por cosas del destino, y que se quedó para tocar el cello en los conciertos de la Sociedad Filarmónica de Santiago, cuyo director era Manuel Robles.Este último -más conocido como "el cojo Robles" porque se lesionó al cruzar los Andes con el Ejército Libertador, en 1817- era torero, campeón de volantín y uno de los pocos músicos profesionales de entonces. Compuso la primera Canción Nacional de Chile, la misma que por ocho años fue cantada en todas las funciones del Teatro de Arteaga, cuya orquesta Robles también condujo por cinco años. Después fue violinista de la Orquesta de la Ópera en...

Trocitos entre Tanta Andalucía...

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04/06/00 - El Mercurio (Chile)

Por Constance Hamilton Es Agosto y la canícula arrecia. Castiga. Son "las calores" que llaman en Sevilla. Días de gazpacho y abanicos; de jarana nocturna que trepa por los balcones; de cigarras que cantan, callando luego, al unísono, como obedeciendo una única, tácita orden. Tal vez no sean los más propicios para volver a pasear por estas viejas y soleadas calles, pero las circunstancias están dadas y el calor, por excesivo que sea, no me amilana. Mi itinerario ha sufrido inesperados traspiés y no me queda sino aceptar que mi pausa aquí será más prolongada de cuanto había pensado. Bella y seductora como una Carmen, Sevilla da para mucho aún por explorar y descubrir. No importará que ya la haya recorrido extensamente; habrá, sin duda, nuevos secretos que develar. Además, podré nuevamente elegir trocitos de entre tanta Andalucía para satisfacer hambre y furia de...
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