CHRIS BUCKLEY The New York Times Las 48 canchas de fútbol de la enorme Escuela de Fútbol Evergrande, en el sur de China, parecen apenas suficientes para sus 2.800 alumnos. Teniendo como fondo las torres de la escuela que parecen copiadas del colegio Hogwarts, los jóvenes deportistas repletan los campos casi todos los días, pateando, driblando y haciendo pases, con la esperanza de alcanzar la gloria y la riqueza que brinda este deporte."Me dedicaré al fútbol cuando sea grande", aseguró Wang Kai, un desgarbado niño de 13 años que ha estado en el internado durante tres años, después de una sesión matinal bajo la supervisión de un entrenador español. "Quiero ser el Cristiano Ronaldo chino", expresó, al referirse a la superestrella portuguesa.Preparar al próximo Ronaldo o Messi se convirtió en un proyecto nacional en China, donde el hincha número uno, el Presidente Xi...