Por Roger Boyes Desde sus mesas han transformado la política a nivel global, ayudando a derribar regímenes, proyectando mujeres al escenario público o, simplemente, haciendo que los burócratas se comporten de forma decente. 2011 fue el año del bloguero, quien, en sociedades cerradas, desde China hasta Egipto, no responde al cliché de un geek solitario, sino al modelo mismo del revolucionario moderno.Tomemos a Aleksei Navalny, el bloguero ruso anti-corrupción que fue liberado tras 15 días de la cárcel. Este ex abogado inmobiliario ilustra el poder -y quizás algunas de las debilidades escondidas- de aquellos que saltaron a la fama en 2011. Él ha subido rápidamente de rango en la oposición, sin pasar años discutiendo confusas posiciones ni tampoco en la cárcel. "Navalny es un ejemplo de cara nueva, su carrera política está recién comenzando", dice Ilya Ponomaryov, uno de...