Mientras usted disfruta de más de una empanada de pino durante este fin de semana, tenga por seguro que sus compatriotas alrededor del mundo harán lo mismo.Porque no por vivir fuera de Chile hay que estar dispuesto a privarse de este clásico de la cocina criolla. Y como el chileno es busquilla, si en alguna ciudad no existe el restaurante chileno que prepare los platos típicos, siempre está la posibilidad de fabricarlas en casa con ingredientes locales.En la duodécima versión del "Índice de la empanada" -que mide el valor de una empanada en distintas ciudades del mundo-, las sorpresas vienen desde Argelia y Nueva Zelandia. En el primer caso, celebran con una especie de empanada llamada bourek, que cuesta unos $190. El cónsul en ese país, Eduardo Chihuailaf, explica que "los boureks son rollos que venden en los supermercados y se pueden rellenar con carne, pescado o queso",...