Andrea Insunza y Javier Ortega* A principios de febrero, una apoderada del colegio Cumbres que veraneaba en Las Brisas de Santo Domingo decidió organizar una cena. La mujer estaba muy preocupada por el estado de ánimo de su amigo, el padre legionario John O'Reilly. Por esos días, los Legionarios de Cristo acababan de reconocer que su fundador, el fallecido Marcial Maciel, había llevado una "doble vida" y tuvo una hija. O'Reilly, el rostro más emblemático de la congregación en Chile, estaba particularmente golpeado, pues había trabajado directamente en Roma con Maciel, a quien consideraba "un hombre santo".La apoderada estimó que la mejor forma de acompañar al religioso irlandés era organizando una velada en su casa, a la cual invitó a tres sacerdotes jesuitas. Los convocados fueron los padres Renato Poblete, Agustín Moreira y Gonzalo Arroyo. "El padre John está...