MAURICIO SILVA La resolución de la Dirección de Obras Municipales del municipio de Viña del Mar, que el jueves de la semana pasada autorizó la construcción de dos edificios en el predio que actualmente ocupa la tradicional Casa de Italia, lo que implica su demolición, no solo causa inquietud en la colectividad italiana de la V Región.La Asociación Ligure de Chile, que reúne a la mayor cantidad de descendientes itálicos en el país, ha seguido el caso con inquietud. Su presidente, el arquitecto Claudio Massone, firmó un informe para acreditar el valor patrimonial del inmueble para que fuera protegido. Hoy, incrédulo, ve que el trámite para declararla monumento nacional fue más lento que el permiso pedido por la inmobiliaria que impulsa el proyecto."Demoler Casa de Italia borra el legado de nuestros abuelos. Esto va más allá de lo económico. No lo entiende la gente que...