En rigor, Andy Murray la tiene un poquito más fácil. Todo el Reino Unido sueña con ver por fin a un local ganando Wimbledon, pero, por último, si el escocés llega sólo a la final igual cumplirá, porque será el primer británico en conseguirlo en 71 años.Roger Federer, en cambio, tiene que ser campeón. Para él se trata de levantar por sexta vez la copa, convirtiéndose en el primer jugador en alzar quince Grand Slams y, de pasadita, recuperando el Nº1del mundo.El asunto es que ambos parecen estar manejando muy bien la ansiedad, como lo demuestran sus sólidos cometidos de ayer en cuartos de final. Ahí también el helvético (2º del orbe) vislumbraba un cometido más difícil, porque enfrentaba al rey del ace , el croata Ivo Karlovic (36º). Pero tras sobrevolar el primer set pudo resistir al bombardeo y dominarlo por 6-3, 7-5 y 7-6 (7-3). Mañana enfrentará al alemán...