El 9 de mayo viajé en TurBus desde Concepción a Osorno. En el trayecto constaté varias irregularidades: salió con media hora de retraso y en el camino se dedicó a recoger pasajeros en lugares no habilitados, llegando a transportar una buena cantidad de personas de pie.
Más encima, el conductor decidió que debíamos bajar a comprar empanadas, lo que generó un espantoso olor a pino arriba del vehículo. Sin embargo, al ver que esta "merienda" retrasó el viaje desconectó el sensor de velocidad y aceleró no más.
María José Belmar...