Luis Miranda Valderrama, desde Puerto Montt. Ha dejado de llover. Bernarda García Reyes tiene encendido el computador en el living de su casa y, por internet, está escogiendo los asientos del vuelo en el que ella y su familia se marcharán de Puerto Montt. No tienen nada más que hacer en esta ciudad.
-El sueño del negocio del salmón, para nosotros, se acabó -dice.
Acaba de embalar los muebles de todas las piezas y sólo quedan las camas y la ropa del colegio de sus dos hijos. El resto es pasado. Antes, su esposo ganaba cinco millones al mes trabajando para las salmoneras y hoy debe 12 millones en tarjetas de créditos impagas. Afuera de su casa, en el bello y acomodado suburbio de Valle Volcanes, está su Mercedes Benz, blanco, y alrededor hay decenas de casas con el cartel de "Se Vende".
"Si no nos vamos, nos hundiremos más de lo que ya estamos", explica. "No podemos pagar...