“Aunque no lo crean, somos bien amigos... es que hemos pasado tantas cosas juntos”, dijo un sonriente Gerardo Pío Parra, mientras abrazaba un enorme tarro de leche plomo que le llegaba a la cintura. La treintena de personas a su lado soltó la carcajada. Parecían sorprendidos.La escena ocurrió en el Centro Cultural Matucana 100, en medio de la inauguración de una muestra de objetos mágicos. Por allí abundan varitas, espejos, cartas, máquinas para cortar mujeres y todo un panteón de elementos que los ilusionistas chilenos han utilizado durante décadas. El más apetecido era aquel recipiente metálico, que a esta altura ya se ha convertido en un objeto de culto.Fue en él donde su dueño, Gerardo Parra, más conocido como el Mago Oli, estuvo a punto de morir ahogado y del cual lo sacaron a punta de hacha, frente a las cámaras, en “El festival de la una”.“Pasó el 2 de...