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Mi mamá recién partió. Sé que como siempre estará con esa dulzura, belleza, ternura, suavidad, feminidad y chispa que la caracterizaban, recordando junto al papá los 5 de agosto, fecha que no podré olvidar. Mi infancia fue testigo de como gozaron celebrando esos aniversarios de matrimonio y mi adolescencia vio cómo frente a cualquier adversidad todo se superaba, incluso lo más difícil. Todo por amor. De algo estoy segura: hoy celebran su primer aniversario junto al matrimonio perfecto, José y María, conociendo a Dios Padre, fuente inagotable del amor y recibiendo el premio del cristiano, la vida eterna. Mientras, sus hijos con profundo dolor, pero confiados en la alegría del reencuentro, los recordamos también de forma perfecta: en la santa eucaristía.
María...