Por Sergio Paz Aceleras. Y, cuando la calle se acaba, choca con un muro, miras a la derecha y dices ¡wow!: frente a un gran galpón, un Lamborghini azul se roba las miradas. No es South Beach. Es Recoleta profunda. Es pasto seco. Es fierro de tres cuartos a la vista. Es San Juan; una población donde abundan los tatuajes, las chicherías con sándwich de pernil, las casas con pintura resquebrajada y uno que otro choro por esquina.Luego das dos, tres pasos y, en el mismo galpón, sorprenden dos Ferraris, un Aston Martin, un Hummer negro -el Hummer de Farkas-, y un Corvette que Fabio Traverso -el dueño del sucedáneo del jugo de limón- pone a punto para competir en los 500 kilómetros de Buenos Aires: una carrera de autos vintage en la que, tres años atrás, ya compitió Carlos Argomedo, uno de los tres capos del taller Argomedo Performance. Los otros son Alfredo Argomedo, padre.