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Francisco Otondo
Es jueves. El sol pega fuerte pero bajo los parrones de la parcela 36, propiedad de Félix Torres Valenzuela, en la comuna de Peñaflor, la sombra refresca las cabezas.
Ahí, rodeados de mujeres, están Jorge Reyes y Sergio Valdebenito. En la misma situación, muchos se las darían de galanes, pero ellos tienen que hacer su pega.
Así como les podría haber tocado visitar un banco, un restorán o una multitienda, hoy fiscalizan los campos de fruta y entrevistan a las temporeras.
En todo el país algo más de 500 fiscalizadores tienen entre sus tareas supervisar el cumplimiento de la legislación en el agro. 500 inspectores para una masa laboral que fluctúa entre los 450 mil y 700 mil temporeros, es decir, la microscópica cifra de 0,07 vigilante por trabajador.
Son la otra cara del factor laboral, un tema que cobra cada vez más importancia para las exportaciones...