Por Luis Miranda V. Bustamante es casi un insomne. Cuando sacaba fotos del mundo del trasnoche santiaguino, hace 40 años, apenas dormía un par de horas al día y regresaba a las calles para hacer su trabajo. Es un problema que tiene desde niño, pero cuando empezó en el oficio se dio cuenta de que era una ventaja estratégica. Se acostaba a las seis de la mañana y estaba de pie cuatro horas después, sin cansancio ni resaca. Limpio, completo, inocente otra vez.Sólo esperaba a que volviera a anochecer.-A sus gratas órdenes -dice-. Me llamo Julio Bustamante Sotelo, Julio Ángel, de nacimiento; pero muchos de los que me conocen afirman que mi segundo nombre no lo merezco.Ese hombre pequeño, de voz suave y peluquín entrecano, fue testigo y registró con su cámara fotográfica el negocio de los teatros de espectáculos y de la vida nocturna. Fue amigo de los dueños del Bim Bam...