Las primeras denunciasHace ocho años, el entonces estudiante de Sociología José Andrés Murillo, -hoy de 36 años-, llegó hasta la oficina del sacerdote Juan Díaz, vicario para la Educación, para denunciar al sacerdote Fernando Karadima, por sobrepasarse sexualmente con él cuando tenía 18 años.Dos años después, en 2005, Verónica Miranda llegó hasta el Arzobispado de Santiago para pedir la nulidad eclesiástica de su matrimonio con James Hamilton. Su principal argumento era que el hombre no se había casado con ella con absoluta libertad de conciencia, sino presionado por el padre Karadima. El sacerdote Eliseo Escudero, quien recibió la denuncia, le explicó que para eso se necesitaba una investigación y que, según la normativa del Código de Derecho Canónico, tenía que ser el propio afectado quien, por escrito y ante un notario eclesiástico, debía realizar la...