Rodrigo Pinto Desde 1910 hasta comienzos de los años treinta, Kurt Wolff fue un animador enorme de la cultura alemana y de la circulación de libros. Publicó literatura de la mejor, aunque suele encasillársele, lo que lo indignaba, como el editor del expresionismo. Sobrevivió a la deflación, pero, cuando la estrella del nazismo elevaba su fatídica luz sobre Alemania, vendió todas sus empresas y comenzó un largo camino de fuga que culminó casi diez años después en Nueva York. Sólo entonces recuperó el entusiasmo por el trabajo que mejor conocía y fundó la editorial Pantheon, que nuevamente lo convirtió en un actor relevante en la industria editorial, esta vez en Estados Unidos.A comienzos de los años sesenta le pidieron unas charlas radiofónicas sobre su labor como editor; las bautizó genéricamente como "Autores, libros, aventuras". Ese material es el que sirvió de...