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"Tito+Monterroso"

Café con los poetas

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En sus conversaciones con Bioy Casares, Borges lamenta que haya una literatura del vino, el opio o la absenta, pero no una del café con leche. A pesar de sus efectos tonificantes, la mezcla carece de glamour para justificar una visión alterna del universo.En mi adolescencia se hablaba de "intelectuales de café", con el desprecio que ameritan quienes dan la espalda a la realidad y se refugian en la vana especulación. A pesar de eso, los esquivos cafés de la Ciudad de México representaban singulares refugios para reinventar lo real a fuerza de palabras. Peregrinaba al centro para ir al café La Habana, donde al decir de Roberto Bolaño se reunían los "poetas de hierro". En el Superleche frecuentaba al poeta más hosco de México, Francisco Cervantes. "Hay que hablarle de Pessoa porque todos los demás temas lo irritan", aconsejaba Tito Monterroso.No era necesario verlo de noche...

Los años de Manuel Rojas junto a Julianne Clark

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PEDRO PABLO GUERRERO Nunca termina de sorprender el aporte de la mirada "gringa" a la caracterización de la idiosincrasia nacional. Esas luces y sombras que sólo nos pueden descubrir los viajeros del hemisferio norte, sobre todo mujeres, como Mary Graham o, más recientemente, la sueca Sun Axelsson, con esa distancia cultural que les permite captar reveladoras fotografías de nuestros hombres públicos, artistas y escritores, inmersos en una realidad traspasada de contradicciones y matices. Y nunca te he de olvidar... Memorias de mi vida con Manuel Rojas, de la norteamericana Julianne Clark, es por sobre todo un libro de recuerdos personales, la historia de un amor contada con sencillez, franqueza, humor y ribetes melodramáticos, pero también una crónica de época que retrata los años finales del escritor chileno, una de las fases menos exploradas de su vida, que coincide con un...

Los Libros del Siglo en América Latina

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SE supone que en materia de libros pueden haber tantas preferencias como lectores existan. Esa es la gracia. Con ellos no es necesario ocultar la arbitrariedad, sincronías o antipatías que cada lectura genera. En otras palabras, se puede ejercitar la amable tiranía del gusto. Ni siquiera exigen fidelidad. Es posible que una misma persona vea cambiar la relación con determinados libros a través del tiempo. La relectura a veces es implacable, sobre todo cuando se vuelve sobre un libro que nos estremeció en la juventud. Como escribiera Mauriac: dime lo que lees y te diré quién eres, pero te conoceré mejor si me dices lo que relees. Obviamente todo ello se acentúa si en vez de restringirlo a una experiencia puntual, se toma un amplio período, digamos un siglo; un vasto territorio, digamos todo un continente, y diversas opiniones, digamos cinco críticos. Se trata de una...

Elogio a Monterroso

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por Mempo Giardinelli desde Lisboa, Portugal LA noticia la trajo José Saramago durante la última cena del Tercer Salón del Libro Iberoamericano de Gijón, el formidable encuentro que desde 1998 organiza Luis Sepúlveda y que este año se extendió a Lisboa: Augusto Tito Monterroso fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de este año. La alegría ganó la mesa de inmediato, y todos tuvimos la sensación de que pocas veces un premio literario había sido tan bien otorgado como éste. Es el premio a la ética del silencio: se premia en él al escritor discreto, el que nunca está a la vista aunque siempre está en primera fila. El que vive lejos de toda farándula y no tiene ni comparte capillas. Escritor casi secreto, agudo y brillante, y propietario de un extraordinario sentido común, su obra se caracteriza por la ironía y la precisión. Ello le ha valido ganar...

"Siempre tendré un cuento que contar"

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Cecilia García-Huidobro Mca Después que Alfredo Bryce Echenique destinó toda una crónica para festinar al nuevo periodismo llegando hasta sugerir la partida de defunción de este estilo, supongo que no es el momento para presentaciones osadas, personalistas o de sello propio. Sólo decir, entonces, que para leer su última novela hay que estar dispuesto a reír a mares. Media novedad, dirán sus fervorosos hinchas, responsables de que El huerto de mi amada (Planeta, 2002) haya permanecido durante varios meses en los ranking de los libros más vendidos de España y diversos países latinoamericanos. Esta vez el amor, ese viejo aliado de Bryce, entre un despistado adolescente y una bella mujer adulta que ya ha padecido demasiados sinsabores a manos de la hipocresía reinante, es el encargado de hacer gozar y sufrir. Claro que de paso le permite a su autor, con toda la dureza de su...
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