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"Tito+Matamala"
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JOSÉ PROMIS
Hace unos meses, al comentar los cuentos reunidos en Historias del bar La Trivia (2002) notaba un cierto agotamiento en el uso de las técnicas con que Tito Matamala consiguiera crear un estilo personalísimo en sus relatos anteriores. Me parecía que la desenfadada frescura inicial con que había construido una imagen farsesca de la realidad se transformaba fundamentalmente en juego de agudeza, en malabarismos de ingenio desprovistos de la auténtica motivación desacralizadora que justificaba a Hoy recuerdo la tarde en que le vendí mi alma al diablo (era miércoles y llovía elefantes) y De cómo llegué a trabajar para Carlos Cardoen. Pero su nueva y breve novela, El ministro del interior es plastimodelista (que se publica junto a una reedición de Hoy recuerdo la tarde...), significa la recuperación del modo narrativo que echaba de menos en sus cuentos: vital,...
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Blogs.-Diez años atrás, viajé a Concepción a conocer y entrevistar a un escritor radicado en la zona: Tito Matamala. Una de las razones del encuentro era confeccionar con él un ranking de las mejores empanadas fritas de Chile para la revista "Domingo en Viaje". Había que verificar in situ si las del sur le hacían el peso a las de la costa central en masa, fritura, relleno, caldo y sabor. Pero el ranking de empanadas era apenas un pretexto: lo que queríamos era simplemente conocernos. Había una amistad fraguándose en el intercambio de correos electrónicos, y entre otras payasadas habíamos acordado seriamente que yo escribiría una biografía contando la verdadera historia de Tito Matamala. El proyecto literario exigía un primer encuentro cara a cara.
Desde el mismo día en que nos encontramos en Concepción, nuestras vidas se conectaron para siempre. Esa tarde, en la...
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Blog.-
Este libro es una selección de cuentos por encargo, con el único requisito de que no superen el par de páginas (o tres, si no se puede). La iniciativa es del penquista Tito Matamala, escritor y periodista. “Si es bueno y es breve, dos veces bueno”, suele decirse en relación a otro género literario, el discurso. Pero cuando se trata del cuento, la duración no tiene nada que ver con la calidad: hay cuentos magníficos de largas dimensiones, como El perseguidor, de Julio Cortázar; y hay microcuentos también magistrales, como aquel escrito por Augusto Monterroso: “cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Y también, por supuesto, cuentos malísimos de un párrafo, dos, veinte o cincuenta páginas. De manera que proponer una antología de cuentos breves no es, por esa sola circunstancia, garantía de nada; permite, a lo más, desengancharse en tiempo...
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Por Francisco Mouat, desde Concepción.
Fotografías de Leo Vidal
En pleno centro de Concepción, en el quinto y último piso de un edificio de calle San Martín tiene su casa-refugio Tito Matamala, 36 años, soltero, autor entre otros libros de la premiada novela "Hoy recuerdo la tarde en que le vendí mi alma al Diablo, era miércoles y llovía elefantes" y del "Manual del buen bebedor", texto en el que distingue a los tomadores de acuerdo a su conducta y su resistencia, y en el que precisa los distintos tipos de resaca que suelen aquejarlos a la mañana siguiente. Por supuesto que Tito Matamala es un miembro destacado del club de buenos bebedores, además de escritor, periodista, dibujante y a estas alturas penquista de tomo y lomo.
Es de esto último que ya casi completamos un día hablando: de Concepción, de la fama guerrera de la octava región, del barrio chino de Lirquén,...
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Señor editor:
Pobre hombre este tipo Tito Matamala (que en realidad debería llamarse Tito "Caramala"). Tiene unas trancas de padre y señor mío y le anda ofreciendo bombas de napalm a todo lo que para él ha significado vivencias penosas (aunque él dice que sólo es una figura literaria, una hipérbole).
Según él mismo reconoce, se dedica a beber whisky y hacer clases en la U. Sale poco, lo pasa más encuevado que otra cosa y se la pasa rumiando en alcohol sus penas y frustraciones. Ah, pero no es tonto, nada de leso. Ya no se arriesga a que le peguen un combo en la calle por decir y escribir cosas en el Diario "El Sur". En otras palabras se ha aburguesado como cualquier otro mortal y ya no es consecuente con sus ideas.
Pobre Tito Caramala, en realidad lo que ofreces ("Alma en regular estado vendo. Tratar aquí. Precio conversable") dista mucho de ser un alma en regular estado;...
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SANTIAGO.- Un variado panorama de actividades ofrece para este 1 de noviembre la 26ª Feria Internacional del Libro, organizada por la Cámara Chilena del Libro.
Presentaciones de libros, cine, música en vivo y danza son algunas de las opciones de las podrán disfrutar los asistentes al evento cultural.
A las 18:00 horas, el Premio Nacional de Literatura Armando Uribe presentará su libro "De memoria. By heratd. Par Coeur. (Después de Memorias para Cecilia)".
A las 19:15 horas, se realizará el homenaje al escritor y periodista Guillermo Blanco titulado "Literatura, docencia y política: Guillermo Blanco: Homenaje a tres bandas" en el que participarán los también escritores y periodistas Hernán Millas y Alejandra Costamagna.
A las 20:30 horas, se realizará el panel "El protagonismo del bajo pueblo en la historia de Chile" con la participación del Premio Nacional de Historia 2006,...
Citados:
Alejandra Costamagna
,
Ana María Machado
,
Armando Uribe
,
Carlos Soto
,
Eduardo Mendoza
,
Gabriel Salazar
,
Gabriel Silva
,
Gladys González
,
Hernán Millas
,
Juan Manuel Chávez
,
Kurt Folch
,
Pablo Paredes
,
Raúl Hernández
,
Silvio Caiozzi
,
Tito Matamala
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SANTIAGO.- Libros sobre el habla de los chilenos se han editado varios a lo largo de los años. Los primeros incluso datan del siglo XIX, como el "Diccionario de chilenismos" que en 1875 publicó Zorobabel Rodríguez, y que en años posteriores generó diversas críticas, ya que la motivación principal del autor no era dar cuenta del léxico local, sino denunciar la barbarie lingüística en que, a su juicio, aquí caíamos. Según Rodríguez debíamos hablar como las reglas determinaban.Casi 140 años después, puede que algunos aún aspiren al ideal de ese autor, pero entre ellos definitivamente no está Tito Matamala, escritor que en estos días publica "Chile Garabato" (Aguilar, $12.500), libro subtitulado "una historia contemporánea de las malas palabras".Pero a no confundirse: Éste no es un nuevo compendio de términos locales. Tal como hiciera antes con la bicicleta ("Chile...
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Constanza Rojas V.
Un plato bien chileno. Así puede considerarse el libro "Porotos granados". En él, el periodista Tito Matamala reúne a 33 escritores nacionales bajo una sola instrucción: crear entre uno y tres cuentos de 3.000 caracteres. El compilador comenzó contactando a sus amigos, luego a los amigos de sus amigos, hasta reunir una selección encabezada por Jaime Collyer. "Es el de más pedigrí, decidimos partir desde él", explica Matamala. En la otra esquina, Alejandro Zambra es el más joven, por lo que en medio quedan nombres como Álvaro Bisama, Ramón Díaz Eterovic, Marcelo Simonetti, Pablo Azócar, Alejandra Costamagna, María José Viera-Gallo, Marcelo Mellado y el mismo Matamala.
"El nombre del libro es un juego, busqué algo típicamente chileno. Alude a 'gente granada', porque creo que hay una buena selección de escritores", responde el compilador...
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Tito Matamala No era un mal año, 1995: me había titulado y tenía mi primer contrato de trabajo en serio: académico universitario. Antes ya había publicado un modesto libro de cuentos: "Yo la amaba pero eso no era lo más ridículo", y en pocas semanas escribí una novela breve de título extenso. También pensaba autoeditarla, pero dos amigos, Carlos e Isabel, leyeron mi texto y me recomendaron que lo enviara al concurso de "El Mercurio", que por esos días cerraba la convocatoria.Unos meses después estaba en el diario Crónica y la secretaria me pasó un llamado de Santiago. Era una periodista de "El Mercurio" que me saludó con amabilidad, como si me conociera, y luego me dijo que había ganado el concurso. No le creí. Y en una fracción de segundo traté de calcular quién me estaba jugando la broma, cómo alguien podría haberse enterado, si había enviado mi novela en el...
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Bill es un sujeto ordinario, no tuvo más educación que la preparatoria y desde ahí derivó a un trabajo indigno: vendedor de inodoros, con todas las lecturas que ello implica. Desde entonces es también el clásico energúmeno jefe de una familia que por su número y sexo nos recuerda a los Simpson: un hijo, dos hijas, una de ellas muy pequeña.
Como en tantas otras comedias, el mundo de Bill (Mark Addy) se reduce al sofá frente al televisor y a una imparable provisión de cervezas, hábito que incluso suele compartir con su esposa, Judy (Jami Gertz). Y las peleas matrimoniales se articulan sobre la irresponsabilidad del marido, su eterna inmadurez, frente al ancla a tierra que - la mayoría de las veces- representa la mujer.
No obstante, ambos son iguales, y suelen confabular en conjunto para perseguir objetivos: ciertos privilegios para sus niños en la escuela, por ejemplo.