Señor editor: En la Revista del Domingo del 26 de marzo, el lector Mario Oyarzún critica un artículo de Ruperto de Nola porque invitaría a consumir chorlos playeros. He leído y releído la columna en cuestión y su receta, y no he podido ver ni inferir tal indicación de don Ruperto. Eso sí, creo advertir en esta crítica y esto a riesgo de equivocarme una actitud de los espíritus frugales y menos receptivos a la buena mesa (entre los que prenden estas nobles cruzadas conservacionistas con mayor ardor); espíritus demasiado dispuestos a emprenderlas a mandobles contra los gourmands por representar éstos supuestamente "abulia, inmoderación y falta de sensibilidad". Hacen mal si piensan así, porque los golosos estamos de su lado ya que nuestra mayor alegría es tener una mesa provista por una naturaleza sana, variada y plena. Raúl Aguirre Ancao RUT...

Señor editor: En la Revista del Domingo del 9 de abril se publicó una carta de don Raúl Aguirre Ancao en referencia a los chorlos playeros migrantes que llegan a nuestras costas (zona central) y son cazados para restaurantes. Lamentablemente el señor Aguirre Ancao no entendió el significado de nuestra misiva y su proyección naturalística (26 de marzo pasado). Además, el sentido de nuestras ideas no fue criticar la información entregada por el cronista gastronómico de El Mercurio señor Ruperto de Nola, sino que destacar la acción desalmada de quienes ofrecen platos a gourmands con estas avecillas, que vuelan miles de kilómetros antes de llegar a Chile a pasar una temporada de acuerdo a su ciclo vital que se repite desde tiempos inmemoriales. Por otra parte, supuestos pensamientos que este señor intenta adjudicarnos para denostar a comensales que los consumen,...