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"Luis+Orrego"
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Blog.-Hay linajes de profesionales, de técnicos, de artesanos, que cumplen un rol extraordinario en el traspaso del conocimiento; pero poco se recuerda que también hay algunos, escasos pero notables, dedicados a pensar la nación. Ahí encontramos a un nieto de Benjamín Vicuña Mackenna e hijo de Luis Orrego Luco, Eugenio Orrego Vicuña (1900-1959), de quien este año se conmemora el cincuentenario de su temprana muerte.
Su pluma, de historiador y dramaturgo, la puso al servicio de la cultura chilena con rigor y más fuentes que sus antecesores; es así como su estudio de O'Higgins es pionero, al advertir la lúcida visión del Mandatario en relación con el mar, no sólo porque "el sentido de la patria" estaba en él, sino también, como escribiera O'Higgins, porque "el espíritu mismo de los chilenos lo determinaba así".
También ilumina la labor de Bello, a quien considera un...
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Maureen Lennon Zaninovic "Los precios por las funciones de Sarah Bernhardt eran muy altos para la época y no era aceptable, en aquellos años, que una señora fuese a una localidad que no fuese palco. Como vivíamos del trabajo de profesional de Augusto y no era posible abonarse a palco, estábamos condenados a no ver a Sarah Bernhardt. Pero no fue así".Con estas palabras, Martina Barros de Orrego (1850-1944) se refiere en "Recuerdos de mi vida" a la arriesgada y pionera odisea que protagonizó -junto a su marido, el doctor Augusto Orrego Luco- para ver a la legendaria actriz francesa en 1886, en el Teatro Municipal de Santiago. En su volumen desempolva otras reveladoras anécdotas de esa función: "Felizmente Augusto y yo habíamos crecido leyendo a John Stuart Mill y muchas veces habíamos comentado los capítulos de su 'On Liberty', en el que estigmatiza, como uno de los mayores...
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por LIBERTY VALANCE ilustraciones francisco javier olea Sebastián PiñeraHay que alegrarle el día y que esté escuchando sus frases preferidas de manera constante, como si fuera un hilo musical.Hay dos alternativas: que repita cosas o que hable de la ranita de Darwin.¿Mejor la ranita? No.Mejor lo de la inmensa mayoría de los chilenos y lo del futuro y la esperanza.Mejor el hilo musical, que siga así y se mueva lo justo y necesario, porque en la novedad y exploración se encuentra el riesgo.No le lleven la contraria y díganle que sí a todo, pero ahora con ganas y convencimiento.Déjenlo así tal cual, aunque sabemos que es un martirio.Sabemos que se trata de una prueba terrible para cualquier ser humano a quince metros a su redonda.Hay que hacer el sacrificio y asignar tareas.Un régimen de turnos sin que se dé cuenta, lo que tampoco es tan difícil.Si quiere contar chistes, no...
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Magdalena Sallato M.
Cuando el país se preparaba para la celebración del Centenario de la Independencia acelerando su urbanización e iniciando construcciones como la del Museo Nacional de Bellas Artes, el escritor Luis Orrego Luco se empeñaba en reunir por primera vez a las mejores plumas de la época en una revista especializada en artes locales y extranjeras. Corría 1909, y la editorial Zig-Zag -líder en la venta de revistas en Chile hasta los 70- lanzó "Selecta" para el deleite de la élite intelectual del país, inspirada en la calidad de los diarios y revistas ilustradas de Europa y Estados Unidos.
Sus primeros números se autoproclamaban como una "revista mensual literaria y artística". "La idea era introducir un modelo nuevo de publicación en Chile, con buenos textos acompañados de mucha ilustración y fotografía, dirigidas a una élite ilustrada y a sectores...
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Pedro Pablo Guerrero "Más me hubiera valido pasar de largo, pues nunca me imaginé que a mi llegada a Chile, lo primero que había de llamar mi atención fuese ¡un patíbulo!", así recuerda Vicente Pérez Rosales su llegada a Curicó el 7 de abril de 1837, proveniente de la provincia argentina de San Luis. "Observé con horror que la gente se agrupaba, mustia y silenciosa, al frente de tres banquillos que, custodiados por algunos granaderos, iban a servir en aquel instante de funesto y último asiento en la vida a otros tantos distinguidos caballeros que un implacable y brutal consejo de guerra había condenado el día anterior a ser pasados por las armas".¿Homicidas? ¿Cuatreros? No. Se trataba de Manuel Barros, Faustino Valenzuela y Manuel José Arriagada, acusados de participar en un conato revolucionario contra el gobierno de José Joaquín Prieto y su todopoderoso ministro...
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Patricio Tapia En 1912, cuatro años antes de morir, Rubén Darío publicó una "Historia de mis libros" (para "La Nación" de Buenos Aires) y también una Autobiografía -escrita de memoria y, por lo mismo, no siempre confiable ni completa-. La historia de sus libros comienza con Azul... : "Esta mañana de Primavera me he puesto a hojear mi amado viejo libro, un libro primigenio, el que iniciara un movimiento mental que había de tener después tantas triunfantes consecuencias; y lo hojeo como quien relee antiguas cartas de amor, con un cariño melancólico, con una 'saudade' conmovida en el recuerdo de mi lejana juventud". Había aparecido en 1888, en Valparaíso, gracias a la ayuda de sus amigos chilenos. El propio Darío, en 1896 (en "Los colores del estandarte"), señalaba las razones de su éxito: "En él aparecen por primera vez en nuestra lengua el 'cuento' parisiense, la...
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Sergio Macías es un eficiente activista de la cultura chilena desde el cargo que desempeña en la agregaduría cultural de nuestra embajada en Madrid. Adicionalmente a sus condiciones poéticas, son apreciadas las de investigador de experiencias literarias de Chile tanto en Europa como en el Medio Oriente. Varias obras acreditan el resultado exitoso de sus trabajos. Ahora ha iniciado estudios para mostrar la presencia de numerosos literatos que se han desempeñado en el campo de la diplomacia nacional, vinculación entre vocación literaria y servicio diplomático que ha dado, en general, buen resultado.El Ministerio de Relaciones contó desde sus inicios con la colaboración de intelectuales tan destacados como Andrés Bello, Alberto Blest Gana y Luis Orrego Luco. Luego los dos Premios Nobel chilenos -Gabriela Mistral y Pablo Neruda- desempeñaron cargos diplomáticos que...
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Patricio Tapia Poco antes de la Navidad de 1843, Charles Dickens tenía apenas 31 años, pero estaba acosado por las deudas y su carrera literaria parecía declinar (tras sus primeros éxitos habían seguido varios intentos frustrados), de manera que decidió embarcarse en un libro que esperaba mantuviera a raya a sus acreedores. Lo escribió como en una fiebre: le tomó sólo seis semanas completarlo y como su editor lo rechazó, usó el poco dinero que tenía para publicarlo por su cuenta.Así nació Cuento de Navidad , o más bien, Canción de Navidad (su título en inglés es A Christmas Carol y tiene la estructura de un villancico, lo que explica que tenga "estrofas" y no capítulos): la historia del amargado, egoísta, avaro y misántropo Ebenezer Scrooge, quien tras la visita de tres fantasmas navideños (de las Navidades pasadas, presentes y futuras) se convierte en un hombre...
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Florencia Polanco "Un reloj, colocado en el centro del triángulo que abarca todo el frente del edificio, marca las horas con la impasible constancia de las cosas mecánicas, en tanto pasan bajo él palpitantes locomotoras, transpirando vapor, sudando por sus poros de metal, enviando hacia el cielo en penachos esponjados el humo turbulento y espeso que parece ser el alma del barrio".Así describe Joaquín Edwards Bello a la Estación Central en su novela "El Roto" (1920). Este libro es solo una de los cientos de obras que tienen como centro narrativo a Santiago, sus calles y barrios. Es la evidencia de que la urbe no solo se construye con cemento y ladrillos, sino que también con imágenes de la literatura.Pero la céntrica estación de trenes no es el único lugar que emerge como escenario de una novela. El Parque Forestal, "paisajismo japonés, donde la maleza se somete a la...
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MAURICIO SILVA Fue parte del paisaje de Valparaíso entre 1894 y 1920, como aparatos similares lo siguen siendo en Greenwich, Inglaterra o Brisbane, Australia. Desde el techo del edificio Luis Orrego Luco, que entonces cobijaba a la Escuela Naval, el time ball anunciaba visualmente la hora exacta a los barcos atracados en el puerto para que ajustasen sus cronómetros de navegación.Una bola metálica ahuecada caía deslizándose por un mástil justo al mediodía. Su precisión dependía de engranajes, manivelas y magnetos conectados eléctricamente a un reloj. Para los porteños llegó a ser una señal tan rutinaria para revisar sus relojes como el cañonazo del fuerte Covadonga. Hasta que cayó en desuso y fue desmantelado.El Museo Marítimo Nacional de la Armada, que desde 1967 ocupa el edificio, está empeñado en reconstruir la pieza y recuperarla como impronta urbana de un...