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SEBASTIÁN HENRÍQUEZ El terremoto de febrero de 2010 sacó a los vecinos de Talcahuano de sus casas, y ya sea porque intuyeron qué hacer o porque siguieron a los que corrían, gran parte de la población se refugió en los cerros. Y aunque desordenada, la medida tomada fue efectiva: solo 33 personas murieron esa madrugada."La cifra pudo ser mucho mayor", asegura Rubén Sandoval, jefe de la nueva Dirección de Gestión de Riesgo, repartición creada por el municipio de Talcahuano tras el 27-F y la primera del país a nivel comunal orientada a prevenir desastres.Viendo que el rol de los vecinos es clave ante una emergencia, y tomando como ejemplo la experiencia de Japón, Colombia y otros países, esta unidad inició la habilitación de sedes sociales como centros de emergencia comunitarios, que en Japón reciben el nombre de "bokomi"."Acá hicimos algo parecido, pero lo adaptamos a la...