SANTIAGO.- En el papel, el Premio Nacional de Literatura no es una especie de báculo que se vaya pasando de ganador en ganador, para ejercer algo así como un período de reinado, sino un reconocimiento que se queda por siempre con quien alguna vez lo haya recibido.Sin embargo, las dinámicas del mundo editorial y el efecto del galardón entre los lectores hacen que innegablemente las miradas se vuelquen hacia el más próximo ganador, incluso con cuotas de intriga y polémica, como si se tratara de una sucesión.Si esto fuera un reinado, entonces, el tema hoy está dominado por quién recibirá la corona, con Isabel Allende como candidata estelar. En ese caso, el encargado de entregar el galardón, este mes de agosto, sería el último ganador, reconocimiento que luce el poeta Efraín Barquero.Sin embargo, el escritor ni siquiera podrá ocupar su correspondiente silla en el jurado,...