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"Ivan+Karamazov"
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Cristián Warnken Cada cierto tiempo, después de ponerme al día de lo que está pasando en el mundo, me asalta una indignación "karamazoviana". Iván Karamazov es un personaje de la novela "Los hermanos Karamazov" de Fédor Dostoievski. En un capítulo memorable, conversa con su hermano, el puro Aliosha, y le dice que él increparía al Dios de la fe rusa que permite la muerte de niños inocentes. Creo que dice algo más fuerte aún: que le daría una bofetada en la cara a ese Dios, en el caso de que existiese. Recuerdo -aunque no tengo la novela a mano mientras escribo estas líneas- a un Iván crispado, indignado con la idea de un Dios que permite un mundo donde campea lo que Dostoievski llamó el "sufrimiento inútil". El sufrimiento inútil (que incluye la muerte de los niños) es aquel al que es muy difícil encontrarle un sentido, porque para hacerlo habría que hacer una...
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Señor Director:Cristián Warnken, en su columna de opinión publicada el jueves 24 de julio, se ha referido, con dolor, a los asesinatos de los niños, las criaturas humanas más indefensas e inocentes.Y nos pide que lloremos todos. Que lloremos juntos con quienes lloran, solos, por sus pequeños hijos, los niños asesinados por criminales todopoderosos e invencibles.Le digo a Cristián que sí lloro, que sigo llorando desde hace años junto con las madres africanas, poco más que adolescentes, que enterraban los cadáveres de sus pequeños hijos esqueléticos (pero bellísimos como ángeles), apenas muertos por el hambre. Y lo hacían con ternura infinita, escarbando en la arena las fosas pequeñas, con sus manos que parecían acariciar todo cuanto tocaban.Y lloré también hasta hoy, junto con los familiares de los miles de niños japoneses, desintegrados o carbonizados o...
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Una amiga de una amiga no lee a Saul Bellow porque es un misógino. A muchas mujeres les pasa lo mismo con Philip Roth. Otra gente no lee a Nicanor Parra por su ambigüedad en septiembre del 73 ni a Chesterton por sus resbalones antisemitas ni a Junger porque usaba el uniforme nazi. Más allá del problema de gusto personal, estas lecturas tajantes plantean la vieja pregunta de si se pueden leer libros que te ofenden. ¿Se puede siendo judío leer a Céline, o musulmán y leer a Houellebecq o africano y leer a Naipaul? ¿Se le puede perdonar a Neruda su oda a Stalingrado, y a Hemingway, sus toreros y cazadores de leones, o se debe expurgar esa crueldad y leer solo a escritores que se llevan bien con sus mascotas?Los escritores liberales solemos responder a estos intentos de censura moral con una indignación gremial perfectamente ridícula. Queremos creer que existe ese lector puro que...
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Blogs.-Todos los días nos llegan noticias de niños que mueren trágicamente en el mundo. Como Iván Karamazov, el personaje de Dostoievsky, nos indignamos y rebelamos ante ese absurdo. Nos espantan las imágenes de niños diezmados por bombas en guerras, o hambreados en África. Pero está también el absurdo de una muerte doméstica: la de los hermanitos ahogados en un pozo de agua cerca de su casa, la del niño aplastado por los materiales de construcción de una gran tienda. Ahí el absurdo deja de representar su papel más solemne o "glamoroso" y muestra su verdadero rostro: el de un idiota que se ríe y cuenta el mundo como farsa sin piedad.
¿Cómo rebelarse frente a ese idiota que babea sobre la carne frágil de tanto niño muerto? Si le pegamos en la cara, mostrará su otra mejilla una y otra vez, como un mono porfiado del horror en un parque de diversiones. Ni Shakespeare,...
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Patricio Tapia En 1846, el mismo año en que aparece su primer libro, la novela "Pobres gentes", el joven ingeniero militar que se perfila como una estrella literaria en ascenso, Fiódor M. Dostoievski, publica una nouvelle , "El doble", en la que el protagonista -un funcionario llamado Goliadkin- conoce a un hombre idéntico a él que comienza a generarle problemas de toda índole y, poco a poco, a usurpar su vida. La idea del "doble" será recurrente en su obra posterior (está, por ejemplo, en el asesino Raskólnikov, de "Crimen y castigo", quien no sabe si considerarse un Napoleón o un piojo; también en Iván Karamazov, quien habla con más de un "otro yo", entre ellos, el diablo).Esa capacidad de desdoblamiento, de adoptar distintos puntos de vista, incluso contradictorios, entre personajes o en un mismo personaje, es una característica de Dostoievski, que uno de sus críticos...
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Vaclav HavelLa cultura debe, en parte al menos, aprender a moverse sola. En algún porcentaje es necesario financiarla mediante deducciones tributarias y también a través de fundaciones, fondos de desarrollo y entidades similares, las que, incidentalmente, configuran el sistema que mejor se adecua al pluralismo y su libertad. Mientras más variadas las fuentes de financiamiento para las artes y ciencias, mayor variedad habrá en ambos terrenos.Dramaturgo checo (1936) en "La cultura de todo", 14 de junio de 1992.Isaac AsimovEl contenido de las primeras páginas de los diarios de hoy se asemeja a las historias más imaginativas escritas alrededor de 1930. El Presidente de Estados Unidos puede hacer ahora un llamado en pro de un concertado esfuerzo para enviar a un hombre a la Luna y su iniciativa es recibida con un sobrio entusiasmo.Escritor estadounidense (1920-1992) en "La realidad ha...
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CRISTÓBAL ALLIENDE PIWONKA. Desde Boston
Peter Berger es una persona afable. Habla un inglés pausado y elegante. Al tocar temas sensibles, lo hace de manera directa, como si estuviera hablando con un confidente. Su última publicación, "Questions of Faith" (2004), tiene el mismo tono. Quizás el subtítulo que lleva el libro ilustre esta cualidad: "Una escéptica afirmación del cristianismo."
El subtítulo no es un oxímoron. En el caso de Berger, el escepticismo no hace alusión a su fe, sino a las autoridades que administran y velan por la fe: la Iglesia infalible, la Escritura inequívoca y la "irresistible experiencia personal". Además, el escepticismo de Berger implica tomar seriamente las contingencias históricas que forman a las diferentes religiones.
- Profesor, su escepticismo y consiguiente individualidad en el ámbito religioso parecen ser rasgos muy...
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Por Cristián Warnken
"Ninguno de los libros de este mundo/ te aportará felicidad,/ pero secretamente te devuelven/ a ti mismo./ Allí está todo lo que nece-sitas,/ sol y luna y estrellas,/ pues la luz que reclamas/ habita en tu interior./ Ese saber que tanto buscaste/ en bibliotecas, resplandece/ desde todas las páginas,/ puesto que es tuyo ahora".
El poema "Libros", de Hermann Hesse, resume esa alquimia única, difícil de explicar al que no la ha vivido, entre los libros y nuestra interioridad. En Chile, ese placer secreto y compulsivo sólo lo disfruta una minoría de privilegiados. Y no hablo de privilegiados sociales ni económicos. Hablo de los que tuvieron la suerte de encontrarse con un lector que los contagiara a temprana edad con la necesidad compulsiva de tomar un libro entre las manos, abrirlo, olerlo, recorrerlo a su propio ritmo, vivir esa suerte de éxtasis que...
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Por ENRIQUE LAFOURCADE
EL poeta Eduardo Anguita revive al aproximarse la Pascua de Navidad, cuando se acercan las fiestas de los pesebres, la albahaca, las sandías, el vino con frutas, los niños-angelitos, el misterioso alumbramiento. Anguita es una mezcla festival del espíritu y algo (no mucha) de la carne. Más huesos enamorados que carne. Y todo él, una liturgia, unos hábitos ceremoniales.
Fue cristiano, católico agónico, de rostro trágico, afilado como una cimitarra musulmana y, a la vez, un surrealista de dedicación exclusiva, buscador de la risa, del absurdo mágico, de la poética de todos los ensueños bachelardianos.
Digo fue, pero no hay tal. Es. Lo he visto en los atardeceres circular como un magro fantasma (¡qué tonterías escribo, magro fantasma!) tratando de entrar al Teatro Municipal. Soñé esto, tal vez. Llevaba un violín. Iba vestido de frac. El tío...
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JOAQUÍN GARCÍA-HUIDOBRO CORREA
Un hombre inocente muere de manera cruel, con el refinamiento que el Imperio Romano aplica a sus condenados a muerte. A los dolores físicos del tormento se suman los del espíritu; entre ellos, el haber experimentado unas horas antes la traición de un amigo.
La traición es un acto que nos repugna. Ganarse la confianza de alguien para luego entregarlo a sus enemigos nos parece algo tan horroroso, que nos explicamos que mañana en la noche en muchos lugares de Chile se proceda a la quema de Judas. Algunos miran esta costumbre con desconfianza, como si fuera un resabio de antisemitismo. No me parece que sea así, al menos si se tiene en cuenta que también el traicionado, su madre y la totalidad de sus discípulos eran judíos. Quemar a Judas, en principio, no es más que mostrar el repudio que merece la traición. Sin embargo, en esta quema de un...