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"Herman+Chadwick+Valdés"

El arcoíris de los Chadwick

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El arcoíris de los Chadwick Por Francisco Torrealba y Tania Araya Fotos: zig-zag, Sergio López, archivo familiar, Juan Francisco Somalo y Carla Pinilla Como casi todos los domingos, el 17 de julio pasado Andrés Chadwick y su mujer, Victoria Costa, se juntaron a almorzar con sus cuatro hijos y sus respectivas parejas. Ninguno de ellos sabía que su padre estaba a pocas horas de ser ministro. En el almuerzo comentaron que venía un cambio de gabinete y lo que decía la prensa, y, como cada domingo también, Andrés Chadwick se fue a dormir siesta con los nietos, con tele prendida, con algo de ruido. No estaba ansioso o, al menos, no lo demostró. Cerca de las cuatro sonó el teléfono de red fija. Era el "Presidente", como le dicen ahora en el clan Chadwick a quien antes llamaban Sebastián. Y el Presidente notificó a su primo que ocuparía la Secretaría General de Gobierno. Hablaron largo.La idea de incluir a...

Grupo de familia

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Por Margarita Serrano Este no es un clan. No hay un jefe que dé la pauta, no hay un objetivo común, no hay ni siquiera un orden determinado. Este es un grupo de personas ­"ninguno muy talentoso", dice uno de ellos con orgullo­ que se encuentran en la casa de la abuela y conversan. Discuten. Gritan en defensa de sus ideas. Pero sobre todo se ríen, se echan tallas, y, a pesar del ruido ­son ocho hijos y treinta y tantos nietos y bisnietos­, se escuchan. "La mesa de la abuela es como el Congreso Nacional...". Así describe el ambiente uno de los nietos. Y es cierto, porque de los ocho hermanos Chadwick Piñera, hay dos de la UDI ­Andrés, senador, y Herman, ex alcalde de Pinochet­, hay varias filo DC como Marie Paule, María Elena, Trinidad, Carolina y Margarita; y hay socialistas como María Teresa, quien no sólo preside el Conace, sino que además está casada con el ex...

Gustavo de la Cerda Plaza

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VAN estas líneas respetando una antigua tradición que dice que un caballero figura en la prensa dos veces en su vida, cuando nace y cuando muere. Mi padre fue un caballero, pero no sólo un caballero sino que, lo más importante, fue un hombre bueno, un esposo ejemplar, sencillo y austero, con un trato muy considerado con la gente que lo rodeaba, ya fueran su familia, amigos o sus empleados, pero por sobre todo un cristiano de fe profunda. Hizo la carrera judicial llegando a jubilar como presidente de la Corte del Trabajo de Santiago. Como juez fue siempre recto, serio y humano y en nuestra casa, producto de la profesión de mi padre, no faltaba nada, pero nada sobraba. Había austeridad, orden y alegría. Al jubilar dedicó sus mejores esfuerzos al campo, a su querida Requínoa, tierra de nuestros abuelos, y a Villarrica. Además, se preocupó de obras sociales especialmente del...
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