RICHARD GARCÍA
Voraces, nocturnos y escurridizos, los visones se multiplican en el sur a costa de la delicada fauna nativa.
Llegaron de Canadá. Crecieron controlados en granjas peleteras de Argentina y Chile, pero el negocio falló, y entre los años cincuenta y sesenta sus dueños los liberaron.
Ya en 1987, un reportaje de la "Revista del Domingo" advertía de su expansión por Aisén, pero las autoridades del SAG de ese entonces decían que no era para alarmarse tanto y que el problema tendería a controlarse. Veintiún años más tarde, pese a las trampas, limitadas estrategias de comercialización de pieles y una reciente orden de captura nacional, el tozudo animal expande sus dominios desde la Araucanía hasta la Isla Navarino.
"No es que vaya al norte o al sur, sino que sube por los cursos de agua, y cuando llega al cabezal y encuentra otro curso, baja hacia la costa. Avanza...