L'AQUILA.- Extenuados, y tiritando de frío y miedo, los sobrevivientes del terremoto que el lunes arrasó L'Aquila, una ciudad medieval del centro de Italia, pasaron la segunda noche en tiendas de campaña o en sus vehículos, pero sobre todo empezaron a preocuparse por su futuro.
"Esta noche fue como la pasada, temo las sacudidas", admitió hoy Krasniqi Dritan, de 31 años, un inmigrante albanés que vive desde hace 10 años en Italia.
En medio del enorme campamento de tiendas de campaña azules, instaladas por Protección Civil, el albanés reconoce que la situación sigue siendo dramática.
"No sabemos lo que va a pasar. Nadie nos dice nada. Siguen las sacudidas y la gente dice que no van a parar", relató desconsolado.
"Pero, lo que más afecta, es la incertidumbre", insistió Dritan, que finalmente pudo darse una ducha y desayunar con café caliente.
Las bajas temperaturas de...