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Antonio Martínez
Luis Garisto jugó por Cobreloa a finales de la década del setenta y se despidió del fútbol con la camiseta naranja en 1978 y a los 35 años. El mundo siguió girando y Garisto viviendo como entrenador entre Argentina y Uruguay, por Unión de Santa Fe, Banfield o Wanderers de Montevideo, entre otros tantos clubes, por los que pasó sin tanta gloria, pero tampoco con pena. Era lo que podía hacer y lo hizo, cada vez con más años y kilos, y cada vez con menos vista y pelo. Y así, en julio de 2003, llegó a Cobreloa para algo muy difícil. Reemplazar a Nelson Acosta y repetir el plato de la apertura, ahora en la clausura: sacarlo campeón de nuevo, algo que puede y no puede pasar, pero Luis Garisto tiene la conciencia limpia, el deber fue cumplido y lo hizo bien.
Y lo hizo bien, pese a que durante semanas se le dio por muerto y echado, porque la visión de un...
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Es muy difícil hacer lo que ha hecho Cobreloa hoy (ayer). Quiero dedicarle este campeonato al profe (Luis Garisto) porque él debió soportar la parte fea de esta campaña. Lo vivido es inolvidable. Por esto, y otras cosas, en primera instancia me quiero quedar en Cobreloa. (El defensor-goleador Luis Fuentes ya piensa en el 2004).
Dijimos en el aeropuerto que volveríamos a Calama con la Copa. Teníamos claro que jugador por jugador somos superiores a ellos y que colectivamente los podíamos vencer aunque nos hubieran empatado en el primer partido. En el gol le pegué con el alma. Le había dicho a mis más cercanos que iba a hacer un gol. Y al final le hice dos a Colo Colo. Los dos fueron de baby... como a mí me gusta. (Jaime González, otro de los héroes nortinos).
Le mentí al profe y ahora lo va a saber. No estaba ciento por ciento, pero le dije que sí. No me quería perder...