Por María Paz Cuevas. Fotografía: Claudio Pozo. Era tarde, pero ninguno de los dos podía conciliar el sueño. "Duérmete, Nubia", le decía él mientras le hacía cariño en la espalda, pero no conseguía nada. A las tres y media de la madrugada del 27 de febrero Nubia Medina (48) y su novio, Christian Reveco (38), no podían quedarse dormidos tendidos sobre su cama en Hualpén. Hasta que la casa de madera donde ambos vivían juntos desde hacía un año comenzó a moverse como un barco de maderas crujientes. Todo se convirtió en una sonajera infernal de cajas que caían al suelo, de botellas que se quebraban a lo lejos, de loza que se hacía añicos sobre las cerámicas de la cocina, de gritos despavoridos en la calle y de explosiones de fuego cercanas a la casa. Nubia pensó en su hija Maryorie (17) que estaba en una fiesta en Talcahuano y en su hija menor, Evelyn (16), de...