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"Christian+Cuq"
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Blogs.-Gabriela Bade
Esta semana en Nepal es bastante movida. Puede ser la última de la temporada de ascensos al monte Everest previa al monzón, y la mayoría de las expediciones que apostaron la bolsa y la vida por llegar a los 8 mil 850 metros ya hicieron cumbre y están volviendo "a tierra firme".
Sí, porque en las alturas las cosas no están tan firmes. Es lo que el sherpa Apa dijo al volver después de hacer su cumbre número 20 en este monte. "El alza de temperatura en las montañas ha derretido mucha nieve y hielo en el camino hacia la cumbre. Es difícil para los montañistas usar sus crampones en las superficies de roca", dijo.
Apa, que rompió su propio récord y se convirtió en la persona con más ascensiones al Everest, llamó a detener el calentamiento global. Como dato, dijo que fue muy difícil encontrar alguna roca expuesta en la cima la primera vez que hizo...
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Con la pasada gesta del 23 de mayo, el equipo de mujeres del Club Alpino puso fin a un derrotero que comenzó a soñar hace unos cinco años, en los Andes de Chile central, un sueño que ahora gozan despiertas en el seno del Everest, que las acogió en su cumbre.
A fines de 1996 Giorgio Cattoni, presidente del Club Alpino, me propuso respaldar la iniciativa de un grupo de mujeres chilenas encabezado por Vivianne Cuq, quienes tenían la intención de debutar en el Himalaya, en una montaña de más de ocho mil metros de altitud. Se trataba del Cho Oyu, una montaña muy familiar para mí, transformada ahora en el siglo XXI en un gigante relativamente accessible.
Pero en 1987 era otra cosa. No había cuerdas fijas, ni helicóptero, ni otras expediciones. Y lo subimos por Nepal, un acceso ahora vedado. En esa montaña había proyectado todas mis ilusiones y todos mis miedos, y la...
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¡Llegamos! ¡Estamos en la cumbre! ¡Lo logramos! Es increíble... Si ni yo misma todavía me convenzo de que estoy en la cima más alta del mundo.
La emoción de Patricia Soto es más que entendible. Anoche, junto con Vivianne Cuq y Cristina Prieto, se transformaron en las primeras mujeres latinoamericanas que alcanzan la cumbre en el Everest. Sí, el mítico monte nepalés y el techo de la Tierra estaban a sus pies.
Desde allí, las chilenas se comunicaban con Mauricio Purto en el Campamento Base (a 5.300 metros). Con el pecho henchido de orgullo y el cansancio lógico que les significó una jornada de 11 horas de subir y subir la montaña. A la meta también llegó el camarógrafo Philipp Reuter y, hasta el cierre de esta edición, Christian Cuq intentaba hacer lo mismo.
El ataque final comenzó a eso de las 21:00 de Nepal (11:00 de ayer en Chile), donde se asienta el gigante de...
Citados:
Andrea Muñoz
,
Christian Cuq
,
Cristina Prieto
,
Fernando González
,
José Antonio Delgado
,
Manuel Arturo Barrios
,
Martín Ramos
,
Mauricio Purto
,
Patricia Soto
,
Pedro Rodríguez
,
Philipp Reuter
,
Vivianne Cuq
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Texto: Paula Andrade D.
Retrato: Juan Eduardo López
Philippe Reuter no hubiera ido al Everest si las chilenas que lo escalaron hace tres años no lo hubieran invitado. Un mes antes le dijeron que lo necesitaban como fotógrafo y él, que es un montañista profesional, aceptó de inmediato. El francés avecindado en Chile hizo cumbre el 23 de mayo de 2001, a las 8:15 de la mañana, junto con Vivianne Cuq, Cristina Prieto, Patricia Soto y Christian Cuq.
Los diarios dieron cuenta de la hazaña al día siguiente. Eran las primeras sudamericanas que llegaban al "techo del mundo", después de tres meses de expedición y nueve horas de ascenso. El tufillo a gloria nacional se sentía en todas partes. El foco, por supuesto, estaba en las mujeres. Pero Philippe Reuter (37 años, separado, una hija) también debía sentirse un héroe. O al menos recordar la travesía como tal: en son de gesta,...
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"Era el momento clave. El que habíamos esperado. Salimos con los tanques de oxígeno en las espaldas, con la idea de usarlos cuando fuera necesario. Con Pablo (Gutiérrez) nos miramos y dijimos que había llegado la hora. Fue horrible. A él le resultó, pero lo único que sentía yo era que estaba helado. Así será, pensé, pero caminé cinco pasos y quedé cansado como un perro. ¿Qué pasa?, debe ser la maña, me dije. Otra vez di cinco pasos y me ahogué. Pensé en arreglármelas más arriba. Me pasó el kiwi (Mark, un neozelandés) y lo salí persiguiendo, pero pensé que la historia se había terminado para mí".
"Abrí todo. Cuando saqué el estanque vi el manómetro (instrumento para medir la presión del tanque), que decía cero. No funcionaba. Lo que me iba a tirar en los metros finales no servía. Cargué cuatro kilos todo el día para nada... Sentí rabia y frustración,...