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Se requeriría más de 15 litros de saliva o lágrimas para que quien vive con el virus del Sida - nueva nomenclatura internacional referida a la enfermedad- pudiera eventualmente traspasar el patógeno al alguien cercano. Por tanto, el rechazo a abrazar, besar y acompañar a estas personas, más víctimas de la sociedad que de su propia pena, es confusión o un cruel subterfugio para arrancar de la mente el temor ante males que siguen afectando al mundo.
La discriminación y la segregación sólo actúan como factores contraproducentes. Por el contrario, el respeto y el apoyo social, tanto de familiares como de amigos, permiten recuperar la autoestima y la dignidad, como asimismo lidiar contra el estrés, depresión y angustia permanente de sentirse estigmatizados.
Acciones y reacciones positivas en este sentido, inspiradas pese a la prevalencia de una sociedad consumista y de...