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Casi quinientas personas integran cada año la caravana del Patagonia-Atacama. El grupo - compuesto por competidores, organización, jueces y prensa acreditada- revoluciona cada lugar por el que pasa y mueve bastantes dólares.
Este año, además, tendrá la visita de emisarios del gobierno peruano, que quiere entrar en el cuento. En 2006 hubo acercamientos, pero se optó por esperar. Vendrán a ver cómo funciona. La cooperación será, con seguridad, en 2008, dice David Eli, director de la prueba.
Las ansias bolivarianas no son casualidad: pasar por tres países implicaría más días, más caminos, más inversión y el respaldo de los gobiernos. En otros palabras, casi un segundo Dakar.
Es para allá dónde apuntamos, dice el italiano Tiziano Siviero, encargado de la rutas y socio de la carrera. La posible alianza con Brasil siempre va a estar, y eso incluiría a Uruguay,...