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Fernando Iwasaki De un tiempo a esta parte aprecio un desmedido entusiasmo por el incremento de hispanohablantes en el mundo y un jolgorio especial por el ascenso del español en Estados Unidos. De hecho, desde España se promueve la entronización del «Día Eñe», precisamente para celebrar que ya somos más de 500 millones quienes hablamos la lengua de Cervantes y que en EE.UU. crece la audiencia de canales hispanos como Univisión, gracias al fútbol, las telenovelas y los programas que sintonizan todos esos televidentes que han convertido a Estados Unidos en el segundo país del planeta con mayor número de hispanohablantes después de México. Nadie comenta, sin embargo, el progresivo cierre de librerías como «Eliseo Torres», «Lectorum» y «Macondo», las únicas que vendían libros en español en Manhattan. En realidad, Nueva York refleja muy bien la verdadera situación...